El Papa Francisco dijo esta mañana en la homilía de la Misa que presidió en la Casa Santa Marta que el triunfalismo es la tentación que detiene a la Iglesia, a los cristianos, y que la aleja del amor y de la Cruz, que es el amor hasta el extremo.
Así lo indicó el Santo Padre al meditar en el Evangelio en el que Jesús, de camino hacia Jerusalén anuncia a sus discípulos su pasión, muerte y resurrección. Los discípulos, dijo el Papa, piensan en otro proyecto, piensan hacer sólo la mitad del camino, que es mejor pararse" y "discuten entre sí sobre cómo arreglar la Iglesia, cómo solucionar la salvación".
Así, Juan y Santiago, le piden sentarse, en su gloria, uno a su derecha y el otro a su izquierda, lo que provoca una discusión entre los otros sobre quién era el más importante en la Iglesia.