El 30 de noviembre, en una iglesia católica de Chak Jhumra, diócesis de Faisalabad, en Punjab (Pakistán), un joven extremista musulmán destruyó a pedradas una imagen de la Virgen María, ocasionando "el horror, el miedo, la consternación y la ansiedad" entre los fieles.
La agencia vaticana Fides informa que en febrero de 2010 se quedaron en el lugar dos religiosos camilos (MI), el italiano Luca Perletti, y el sacerdote pakistaní Mushtaq Anjum. Este último, un misionero durante 12 años en las Filipinas, perteneciente a la diócesis de Faisalabad, reflexiona sobre estos lamentables hechos de finales de noviembre.
"El autor de este último acto de violencia ha sido un joven musulmán local de 26 años", dice el sacerdote. "La noticia ha tenido un mayor énfasis ya que se trata de la estatua de Nuestra Señora, una figura venerada también por los musulmanes", añade.