El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, afirmó que el mal uso de la libertad y la codicia originaron la crisis económica que padecen Estados Unidos y parte de Europa.

En el programa Claves para un Mundo Mejor, señaló que la gran brecha que hay entre la minoría extremadamente rica y los más pobres “tiene que ver no tanto, como dicen los estudiosos, con el sistema capitalista en cuanto tal, sino con el mal uso de la libertad, con un abuso de la misma inspirado en una insaciable codicia. Habría que recordar a propósito una frase del Apóstol San Pablo que dice que “el amor al dinero es la raíz de todos los males”.

Mons. Aguer recordó que con la caída del comunismo en Europa Oriental y la desaparición de la Unión Soviética se generó el debate de si el capitalismo era el camino al desarrollo.

“Si por ‘capitalismo’ se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios productivos, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta es ciertamente positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de ‘economía de empresa’, ‘economía de mercado’ o simplemente de ‘economía libre’”, señaló.

En cambio, “si por ‘capitalismo’ se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa”.

Mons. Aguer dijo que ya en 1931 el Papa Pío XI había denunciado el “imperialismo internacional del dinero”.

En ese sentido, dijo que la Doctrina Social de la Iglesia “reconoce las virtudes del mercado y sus posibilidades, pero al mismo tiempo destaca la función rectora de la política y la subordinación tanto de la economía, y por tanto de la libertad de mercado, como de la política respecto del orden moral”.

“Juan Pablo II planteó la necesidad una reforma del sistema económico y financiero internacional y Benedicto XVI en la Encíclica ‘Caritas In Veritate’ nos habla de los principios éticos fundamentales que debieran inspirar los cambios necesarios”, recordó.

En ese sentido, explicó que “el Papa se ha referido al principio de la gratuidad y a la oportunidad de introducir en la economía de  mercado la lógica del don. Son cuestiones de carácter ético que hacen al correcto funcionamiento de los procesos económicos y se refieren a la verdad sobre el hombre y las relaciones sociales”.

“Es interesante notar entonces cómo la problemática secular, académica, científica, acerca de la crisis financiera internacional coincide con los planteos que desde hace tanto tiempo viene sosteniendo la Doctrina Social de la Iglesia. ¡Ojalá estos planteos sean tenidos en cuenta!”, finalizó.