El abogado de la Santa Sede en Estados Unidos, Jeffrey Lena, explicó que quienes tenían a su cargo un juicio presentado en abril de 2010 contra el Papa y el Vaticano por un caso de abusos sexuales, terminaron por retirarlo porque sabían que iban a perder al no tener ningún asidero legal.
Lena explicó a ACI Prensa que los abogados de la parte demandante "retiraron el caso porque sabían que iban a perder si el caso proseguía. Y era claro que no querían un fallo negativo por parte de la corte".
El abogado Jeff Anderson –que ha defendido a varias víctimas de abusos sexuales y que se ha hecho millonario gracias a ellas, ganando 60 millones de dólares solo hasta 2002 y que se ha negado a actualizar la cifra– presentó la demanda "John Doe 16 vs. Santa Sede" en abril de 2011.