En un emotivo mensaje Navideño pronunciado desde la Logia de la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI llamó a todos los cristianos este 25 de diciembre a dirijirse "al Niño de Belén, al Hijo de la Virgen María" para invocar por la paz y estabilidad en "la Tierra en la que ha decidido entrar en el mundo"; así como otras puntos del planeta afligidos "por tantos conflictos que todavía hoy ensangrientan el planeta".
A continuación, la versión íntegra del discurso del Papa Benedicto el día de Navidad 2011.
Queridos hermanos y hermanas, volvamos la vista a la gruta de Belén: el niño que contemplamos es nuestra salvación. Él ha traído al mundo un mensaje universal de reconciliación y de paz. Abrámosle nuestros corazones, démosle la bienvenida en nuestras vidas. Repitámosle con confianza y esperanza: «Veni ad salvandum nos».
Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero
Cristo nos ha nacido. Gloria a Dios en el cielo, y paz a los hombres que él ama. Que llegue a todos el eco del anuncio de Belén, que la Iglesia católica hace resonar en todos los continentes, más allá de todo confín de nacionalidad, lengua y cultura. El Hijo de la Virgen María ha nacido para todos, es el Salvador de todos.