Al presidir el rezo del Ángelus dominical en su residencia de Castelgandolfo, el Papa Benedicto XVI explicó que sin Dios nada es bueno y que la tarea de todo cristiano es reflejar en su vida el amor y la misericordia que Él tiene con cada uno.
En su reflexión sobre el Evangelio de este domingo en el que Jesús relata la parábola de la cizaña, Benedicto XVI indicó que con estos relatos "el divino Maestro nos invita a reconocer sobre todo el primado de Dios Padre: donde Él no está, nada puede ser bueno. Es una prioridad decisiva para todo".
Tras señalar que "el Reino de los cielos significa, justamente, Señorío de Dios, y significa que su voluntad debe ser asumida como el criterio-guía de nuestra existencia", el Papa resaltó que el cielo se refiere al "espacio infinito que posee la forma de la interioridad del hombre".