Obispos de Norte y Centro América solicitaron a sus respectivos gobiernos que asuman la responsabilidad que tienen en cuanto a la protección legal de los inmigrantes.
En una reciente declaración los prelados afirman que siguen "siendo testigos del gran sufrimiento entre los migrantes en nuestros países y regiones" que con frecuencia se enfrentan a la explotación y el abuso de las autoridades, los empleadores y las organizaciones criminales.
Tras reconocer el derecho que asiste a los gobiernos para establecer normas, los obispos alertan que cualquier ley que se oponga a la unidad familiar debe abolirse por ser "injusta e inhumana" y reiteran su pedido para defender especialmente a las familias, mujeres y niños inmigrantes.