El disidente cubano Juan Wilfredo Soto ha sido enterrado en la ciudad de Santa Clara, en medio de una fuerte controversia por las causas de su muerte que, según la oposición, se produjo como consecuencia de los golpes que le propinaron varios policías.
Unas 80 personas han despedido al disidente, en un acto en el que no se han registrado enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, aunque se ha desarrollado en un clima de tensión.
La oposición asegura que Soto murió por la paliza que recibió tras ser detenido la semana pasada por participar en una manifestación. Las autoridades lo liberaron con rapidez, aunque poco después fue ingresado en el Hospital Arnaldo Milian, donde murió el domingo.