El Papa Benedicto XVI explicó que por amor, Dios siempre llama a cada uno de los hombres y mujeres por su nombre, de manera personal, y espera una respuesta concreta para colaborar con Él en la historia de la salvación de la humanidad.
En la lectio divina que presidió ayer por la tarde, en su visita al Seminario Romano Mayor en la víspera de la fiesta de la Virgen de la Confianza, Patrona del Instituto, el Santo Padre reflexionó sobre el pasaje de la Carta a los Efesios 4,3 en el que San Pablo exhorta a "conservar la unidad en el espíritu".
El Papa recordó que "el comportamiento de los cristianos es la consecuencia del don, la realización del don que se nos da, no es un afecto automático porque con Dios estamos siempre en la realidad de la libertad".