En la audiencia general de este miércoles, el Papa Benedicto XVI habló sobre Santa Teresa de Jesús (1515-1582), quien con su vida enseña que el tiempo de la oración no es una pérdida sino una necesidad fundamental para crecer en amor y amistad con Dios en la vida cotidiana.
En el Aula Pablo VI, el Santo Padre explicó que Teresa de Ahumada nació en Ávila (España). En la adolescencia la lectura de libros profanos la conduce a una vida mundana, pero posteriormente la lectura de autores espirituales "la inician en el recogimiento y la oración. A los veinte años entra en el monasterio carmelita de la Encarnación, en Ávila".
El Papa resaltó que en la lucha contra las graves enfermedades, Santa Teresa "ve el combate contra las debilidades y las resistencias a la llamada de Dios. En la Cuaresma de 1554, a los 39 años, Teresa llega a la cumbre de la lucha contra sus propias debilidades".