Al presidir el saludo a la Inmaculada Concepción ayer por la tarde en la Plaza España en Roma, el Papa Benedicto XVI señaló que el mensaje de la Virgen María para todos es abrirse al Espíritu Santo para llegar al destino final totalmente inmaculados, libres del mal.
En el homenaje ante la imagen de la Virgen María colocada sobre una columna enfrente de la Embajada de España ante la Santa Sede, el Santo Padre señaló que "estamos aquí reunidos en torno a este histórico monumento, que hoy está todo rodeado de flores, signo del amor y de la devoción del pueblo romano por la Madre de Jesús. Y el regalo más bello que le ofrecemos es nuestra oración, la que llevamos en el corazón y que confiamos a su intercesión".
"Pero cuando venimos aquí, especialmente en esta celebración del 8 de diciembre, es mucho más importante lo que recibimos de María, respecto a lo que le ofrecemos. Ella nos da un mensaje destinado a cada uno de nosotros, a la ciudad de Roma y al mundo entero".