El Papa Benedicto XVI reflexionó durante en el rezo del Ángelus dominical en la necesidad de cultivar una conciencia ética para lograr un nuevo equilibrio mundial que permita superar la crisis ecónomica que afecta a tantos países sin perjudicar a los más pobres.
Al recordar la Jornada de Acción de Gracias que Italia celebra el segundo domingo de diciembre por el final de las cosechas, el Papa reflexionó sobre el trabajo agrícola y pidió considerar en serio “la actual crisis económica, de la que se ha tratado estos días de manera especial en la cumbre del G20 en Seúl”.
El Pontífice explicó que las numerosas causas que la han provocado necesitan una revisión profunda del modelo de desarrollo económico global. “Se trata de un síntoma agudo que se ha añadido a otros más graves y ya bien conocidos” como “el desequilibrio entre riqueza y pobreza, el escándalo del hambre, la emergencia ecológica y el problema de la desocupación, también éste general”.