Exactamente una semana después de la masacre perpetrada por extremistas musulmanes en la Catedral siro-católica de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad que cobró la vida de 58 personas, dos jóvenes sacerdotes interrumpieron sus estudios en Roma y volvieron a Irak para celebrar una Misa en este importante templo.
Acompañados de unos 60 fieles y en medio de los destrozos, los sacerdotes Faadi y Aysar, ambos de unos 30 años, presidieron la Eucaristía en sufragio de quienes murieron en el ataque.
En declaraciones a la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), el Arzobispo siro-católico de Mosul, Mons. Georges Casmoussa, elogió a estos dos jóvenes presbíteros y a los fieles que los acompañaron por su "valor y determinación", especialmente cuando Al Qaeda ha declarado que los cristianos son "sus objetivos allí donde se encuentren".