En el mensaje enviado al Arzobispo siro-católico de Bagdad, Mons. Athanase Matti Shaba Matoka, para las exequias de los 58 asesinados en la masacre perpetrada por extremistas musulmanes en la catedral católica de esta ciudad en Irak, el Papa Benedicto XVI señaló que el sacrificio de estos hermanos debe ser semilla de paz y aliento para trabajar por el bien común.
En el texto enviado por las exequias celebradas este martes, el Santo Padre manifiesta estar "profundamente conmovido por la violenta muerte de tantos fieles y de los sacerdotes Tha'ir Saad y Boutros Wasim. Deseo en ocasión del sacro rito de las exequias, hacerme espiritualmente partícipe, mientras rezo para que estos hermanos y hermanas sean acogidos por la misericordia de Cristo en la Casa del Padre".
Seguidamente el Papa recuerda que "desde hace años este amado país sufre indecibles penas y también los cristianos se han convertido en objeto de ataques brutales que, en total desprecio por la vida, inviolable don de Dios, quieren minar la confianza y la convivencia civil".