El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, explicó que la oración es para el cristiano como el latido del corazón, sin ésta la vida espiritual se apaga y paulatinamente la persona se va alejando de Dios.
En la homilía de la Misa por el 50º Aniversario de la llegada de la Congregación Hijas de San Pablo (paulinas), el Cardenal exhortó a rezar siempre sin descanso y sin desfallecer.
El Arzobispo dijo que así como la muerte llega cuando el corazón deja de latir, la vida del cristiano se apaga cuando deja de orar. Por eso, destacó la importancia de agradecerle a Dios desde el momento en que uno se levanta y resaltó la necesidad de acercarse a Él durante todo el día.