En la Audiencia General de hoy celebrada en la Plaza de San Pedro y ante miles de fieles, el Papa Benedicto XVI presentó la figura de la mística alemana del siglo XIII Santa Gertrudis. De esta mujer, explicó, los católicos pueden aprender que la clave para una vida feliz es la amistad con Jesús que se aprende en el amor por la Sagrada Escritura, la liturgia y junto a la Virgen María.
Nacida en 1256, a los cinco años, explicó Benedicto XVI, esta santa que recibe el apelativo de "Grande" por su talla cultural y evangélica y por su gran aporte a la espiritualidad cristiana, "entra en el monasterio, como era costumbre con frecuencia en aquella época, para la formación y el estudio. Aquí transcurre toda su existencia".
Gertrudis "es una estudiante extraordinaria. Pasa a consagrarse totalmente a Dios en la vida monástica y no sucede nada de extraordinario durante dos décadas: el estudio y la oración son su actividad principal". A los 25 años tuvo "la visión de un joven que la guía para superar la maraña de espinas que oprime su alma, tomándola de la mano. En aquella mano reconoce a Aquel que en la Cruz nos ha salvado con su sangre, a Jesús".