En el encuentro con los líderes de otras religiones que tuvo como sede el St. Mary’s College, el Papa Benedicto XVI alentó el diálogo interreligioso, en el marco del respeto recíproco especialmente allí donde la libertad de culto se ve amenazada; con la finalidad de servir juntos al bien de la sociedad.
Tras explicar que todo creyente descubre en lo profundo de sí ese hambre espiritual que lo hace buscar lo trascendente, como testimonia la experiencia de San Agustín, el Santo Padre resaltó la importancia de la ciencia y precisó que ésta no basta para responder a los deseos más profundos del corazón del hombre. Sin embargo, dijo, "la búsqueda de lo sagrado no devalúa otros campos de investigación humana. Al contrario, los sitúa en un contexto que acrecienta su importancia como medios del ejercicio responsable de nuestro dominio sobre la creación".
"Es así como, la genuina creencia religiosa nos sitúa más allá de la utilidad presente, hacia la trascendencia. Nos recuerda la posibilidad y el imperativo de la conversión moral, el deber de vivir en paz con nuestro prójimo y la importancia de llevar una vida íntegra. Entendida de forma adecuada, nos ilumina, purifica nuestros corazones e inspira acciones nobles y generosas, en beneficio de toda la familia humana. Nos mueve a la práctica de la virtud y nos lleva al amor de los unos para con los otros, con el mayor respeto a las tradiciones religiosas distintas de las nuestras".