Un nutrido número de fieles se dio cita este medio día en la plaza centra del Castel Gandolfo para rezar el Ángelus con el Papa Benedicto XVI, quien en sus palabras para introducir la oración mariana recordó que Dios está incansablemente buscándonos y recorriendo aquel camino que de Él nos separa.
“Cuando Jesús habla del pastor que va tras la oveja descarriada, de la mujer que busca el dracma, del padre que sale al encuentro del hijo pródigo y lo abraza, no se trata sólo de meras palabras, sino que es la explicación de su propio ser y actuar”, dijo el Santo Padre meditando sobre el Evangelio de hoy.
Continuando con su reflexión en torno a las parábolas hodiernas el Pontífice dijo: “El pastor que encuentra la oveja perdida es el mismo Señor que toma sobre sí, con la Cruz, la humanidad pecadora para redimirla. El hijo pródigo es un joven que tras tomar la herencia del padre parte a un país lejano desperdiciando su patrimonio. Reducido a la miseria, se vio obligado a trabajar como esclavo, aceptando incluso alimentarse con comida destinada a los animales”.