Este mediodía miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Plaza central de Castel Gandolfo para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien en sus ya tradicionales palabras introductorias explicó que el bien verdadero para cualquier ser humano es el estar cerca a Cristo.
“El Señor insiste sobre un punto decisivo que es el de la humildad –dijo el Pontífice comentando el Evangelio de hoy-: ‘quien sea que se exalte será humillado, y quien se humille exaltado’. Esta parábola, en un significado más profundo, hace pensar también en la posición del hombre en relación a Dios. El ‘último lugar’ puede en efecto representar la condición de la humanidad degradadas por el pecado, condición de la que solo la encarnación del Hijo Unigénito puede rescatarla”.
El Santo Padre insistió sobre el hecho que “Cristo mismo ha tomado el último lugar en el mundo –la cruz- y justamente con esta humildad radical nos ha redimido y constantemente nos ayuda”.