En la Eucaristía que presidió esta mañana en la Basílica de San Pablo de Extramuros en Roma con los miles de sacerdotes llegados de diversas partes del mundo que se reúnen en la ciudad eterna por la clausura del Año Sacerdotal, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, señaló que la oración y el celibato libremente vivido son fundamentales para todo sacerdote.
El Purpurado señaló que "es fundamental y prioritaria la dimensión orante de nuestro ministerio y de nuestro mismo ser. Somos constituidos en el sacerdocio ministerial primero que nada para elevar plegarias a Dios, a favor de todo el pueblo confiado a nosotros". Esta dimensión, dijo, "no es sólo una tarea, sino la misma ‘esencia’ de nuestra existencia, su alma y su respiración".
Al hablar luego del celibato, el Cardenal resaltó que éste es "condición de la integral y definitiva consagración que la ordenación sacerdotal conlleva". Este don, explicó, "es signo y estímulo de la caridad pastoral y fuente especial de fecundidad espiritual en el mundo". Tanto así, continuó, "que su valor está bien presente y tenido en gran honor por la misma tradición de las Iglesias orientales, que incluso conceden la posibilidad del ministerio uxorado (casado)".