En su discurso al bendición la luz de las velas en la explanada del Santuario de Fátima, el Papa Benedicto XVI resaltó que la "prioridad más importante de todas es hacer a Dios presente en este mundo y facilitar a los hombres el acceso a Dios", así como hizo María al testimoniar a todos la luz de su Hijo el Señor Jesús.
Observando a la multitud de peregrinos presentes en la explanada del Santuario de Fátima, antes del rezo del Rosario, sosteniendo sus velas encendidas en una noche fría por el clima, el Santo Padre recordó que la luz de Dios no es propia de los hombres, sino un don de Dios que Moisés vio en la zarza ardiente y Santa María testimonió totalmente con su vida.
Luego de resaltar la necesidad de contar con lugares para el culto, el Santo Padre advirtió que "en nuestro tiempo, cuando en extensas regiones de la tierra la fe corre el riesgo de apagarse como una llama que se extingue, la prioridad más importante de todas es hacer a Dios presente en este mundo y facilitar a los hombres el acceso a Dios".