Al finalizar su asamblea plenaria, los obispos de la Conferencia Episcopal de Irlanda dieron a conocer un comunicado ayer en el que explican que la reciente reunión con el Papa Benedicto XVI constituye "un paso en el argo proceso de renovación de la Iglesia en Irlanda", para superar la crisis generar por los abusos sexuales de menores por parte de algunos miembros del clero.
En el comunicado se señala que "los obispos han expresado su profundo dolor por el escándalo que se ha generado" por estos casos, y se afirman que en ocasión de su visita al Vaticano, los prelados "pidieron perdón a todos lo que han sufrido abusos, a sus familias y cuantos se han visto desmoralizados por la falta de liderazgo y responsabilidad".
Ante esta situación que en algunos casos no fue bien manejada, el comunicado señala que el Santo Padre "comprendiendo que la actual dolorosa situación no se resolverá velozmente, ha desafiado a los obispos a afrontar los problemas del pasado con determinación y decisión y la presente crisis con honestidad y coraje".