Al presidir el rezo de las Vísperas en la Basílica de San Pablo de Extramuros en Roma en la fiesta de la conversión del Apóstol de Gentes, el Papa Benedicto XVI resaltó la necesidad del testimonio común de los cristianos y una nueva evangelización ante un mundo cada vez más "marcado por la indiferencia religiosa e incluso por una creciente aversión a la fe cristiana".
En la celebración litúrgica al finalizar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, sobre el tema: "Vosotros sois testigos de todas estas cosas" y ante diversos representantes de otras confesiones cristianas, el Santo Padre resaltó que "la invitación a un testimonio común de Cristo resucitado según el mandato que confió a los discípulos, está unida al recuerdo del centenario de la Conferencia misionera de Edimburgo, en Escocia, que es considerado por muchos como un acontecimiento determinante para el nacimiento del movimiento ecuménico moderno".
"Precisamente el deseo de anunciar a los demás a Cristo y de llevar al mundo su mensaje de reconciliación hace experimentar la contradicción de la división de los cristianos. La comunión y la unidad de los discípulos de Cristo es, por tanto, condición particularmente importante para una mayor credibilidad y eficacia de su testimonio".