Al mediodía (hora local) el Papa Benedicto XVI llegó a la Iglesia de Santa María de la Victoria, en donde se encuentra la conocida imagen del Niño Jesús de Praga, conocida también como el Divino Niño, a quien confió a todas las familias del mundo a su especial cuidado, pidiendo para todas “el don de la paz y la concordia”.
A su llegada al templo, abarrotado de familias con niños, el Santo Padre fue recibido por el rector. Después de adorar al Santísimo expuesto en la capilla del Niño Jesús, impuso una corona de oro a la imagen del Divino Niño, tras lo cual se dirigió al altar mayor para saludar a los presentes.
La imagen del Niño Jesús, dijo el Papa, “nos hace pensar en el misterio de la Encarnación, en Dios Omnipotente que se hizo hombre y vivió durante treinta años en la humilde familia de Nazaret”.