Robert Fanish, el joven cristino de 19 años que había sido injustamente encarcelado tras la violencia que llevó a extremistas islámicos en la provincia de Punjab (Pakistán) a incendiar una iglesia católica, fue asesinado en la prisión en la que se encontraba. Los obispos de este país y un grupo protestante han solicitado al gobierno una investigación pública de este hecho.
La familia Fanish fue tomada por sorpresa cuando el cadáver del muchacho, con diversos golpes en el torso y en los brazos, fue sacado de la cárcel este martes.
El funeral, que luego se convirtió en protesta y que fue dispersado por la policía local, reunió a unas tres mil personas que llegaron a despedir a este muchacho que sufrió las consecuencias de los actos de una mujer musulmana, que se oponía a la relación que él sostenía con su hija.