En entrevista concedida a Radio Vaticano, el Obispo de Teherán y Presidente de la Conferencia Episcopal de Irán, Mons. Ramzi Garmou, señaló que el desafío a afrontar hoy es el de ayudar a los fieles a pasar de una fe sociológica, étnica, transmitida por los padres, a una fe que sea una auténtica experiencia espiritual, un testimonio de vida, primero que nada un don del Espíritu Santo".
"Este paso –explica el Obispo– es necesario y buscamos hacerlo con encuentros, reuniones, prédicas". "El otro desafío es el que trabajar por la unidad de los cristianos", añade. La división, indica el Prelado, "es un escándalo para nosotros cristianos Es necesario hacer los posible para que los cristianos puedan vivir en comunión para que su testimonio sea más creíble ante los otros. Debemos además convencernos que, si bien somos una pequeña minoría, Dios pueden hacer por medio de nosotros grandes obras".
En opinión de Mons. Ramzi Garmou, "la importancia de una Iglesia no está en su visibilidad, en su grandeza visible, sino en la calidad de su fe y en el testimonio de sus fieles" por lo que es necesario "intensificar y profundizar el diálogo ecuménico para responder a la voluntad de Jesús por la cual todos los que creen en Él 'sean uno para que el mundo crea'".