Ante unas 30 mil personas presentes, el Prefecto Emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal José Saraiva Martins, presidió el rito de beatificación de 188 mártires japoneses asesinados entre 1603 y 1639; y destacó en su homilía que "el ejercicio más pleno de la libertad humana es el acto supremo del amor".
Según informa Radio Vaticano, ante unos 30 mil fieles, el Purpurado indicó, citando a San Agustín, que "no es la condena o el tormento lo que hace a un mártir, sino la causa o el motivo que es Cristo". "La característica distintiva del martirio cristiano", dijo luego con las palabras del Papa Benedicto XVI, es el hecho de ser "exclusivamente un acto de amor hacia Dios y hacia los hombres, incluidos los perseguidores".
"La Iglesia misionera de Cristo es también la Iglesia de los mártires, que nunca ha dejado la túnica roja del martirio", precisó luego.