En el marco de su homilía en la Santa Eucaristía de clausura del Sínodo de los Obispos, el Santo Padre recordó con afecto a los Obispos de la China que no pudieron participar de la XII Asamblea General Ordinaria, manifestándoles su solidaridad en la oración.
Tomando la palabra a nombre de los participantes del Sínodo, Benedicto XVI se dirigió a los Obispos eh China diciendo: “Deseo agradecer a Dios por vuestro amor a Cristo, vuestra comunión con la Iglesia universal y vuestra fidelidad al Sucesor del Apóstol Pedro. Vosotros estáis presentes en nuestra oración junto a todos los fieles confiados a vuestros cuidados pastorales. Pedimos al «Pastor supremo del rebaño» (1 Pt 5, 4) de daros alegría, fuerza y celo apostólico para guiar con sabiduría y con horizontes la comunidad católica en China, tan querida por todos nosotros”.
Los obispos chinos no fueron autorizados por el gobierno comunista a asistir al Sínodo.