Un grupo importante de los 528 jóvenes católicos chilenos que participaron en la reciente JMJ 2008 en Sydney regresaron este jueves a su país y compartieron con la prensa local el entusiasmo evangelizador suscitado durante los días de encuentro con el Papa Benedicto XVI y miles de jóvenes católicos del mundo entero.
"Fue muy lindo este encuentro que vivimos, pudimos recibir la fuerza del Espíritu Santo y compartir con los demás jóvenes de todo el mundo", dijo una joven que regresaba a Punta Arenas desde Arica, junto con los miembros de su delegación.
"El encuentro fortaleció mi fe mucho, fue una experiencia inolvidable", dijo otra de las peregrinas. "Son experiencias únicas que suceden cada 20 años, imagínense cuando vino el Papa Juan Pablo II. Ahora le tocó a mi hija", señaló el padre de la peregrina, recordando su propia experiencia como joven durante la visita del Papa Wojtyla a Chile dos décadas atrás.