El Arzobispo de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, destacó el anhelo del hombre por vivir en libertad de conciencia y de acción, pero advirtió del peligro de dejarse llevar por fuerzas colectivas que, bajo la promesa de paraísos ideológicos, terminan destruyendo su dignidad y la propia sociedad.
En su carta titulada "La dignidad une la libertad con la verdad", el Purpurado recordó que la Declaración Universal de Derechos Humanos advierte que la ignorancia de estos derechos o su menosprecio, "ha originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad".
En ese sentido, señaló que a pesar de la experiencia devastadora de los totalitarismos, el ser humano siempre "está expuesto al peligro de abandonar su inteligencia y su sentido moral, y dejarse llevar por el atractivo de una fuerza colectiva que le promete paraísos ideológicos" que terminan en la autodestrucción de la persona. "Cuando la política quiere ocupar el lugar de Dios genera una práctica social monstruosa que destruye la dignidad humana", expresó.