La maternidad se ha convertido en "un recurso caro y limitado para unos pocos" gracias a las políticas familiares de los gobiernos occidentales, orientadas en su mayoría a potenciar el aborto como "un sistema de control de la natalidad", según afirmó el presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez, en la sede de la Real Academia de Medicina de Cataluña, en Barcelona.
El presidente de la fundación advirtió además que la "importación de la maternidad" de manera "estratégica, pero improvisada y apresurada" realizada por la Unión Europea a través de la inmigración, genera importantes bolsas de pobreza y marginalidad, con el consiguiente riesgo económico y político para los países que la realizan. De hecho, la maternidad inmigrante y las adopciones internacionales (que suponen un 16% del total de nacimientos en España, según Giménez) le suponen cada año al Estado español una factura equivalente al 10 por ciento del Producto Interior Bruto.
En este sentido, según un estudio de la Fundación Madrina, de aquí al año 2010 se pasará en España de un aborto cada siete minutos a un aborto cada tres minutos, produciéndose cada hora más de diez abortos frente a solo un bebé extranjero que será dado en adopción internacional, lo que supondrá un gasto de 14.000 euros a la hora en adopciones y 9.000 euros por hora en abortos. El aborto "nunca puede ser utilizado como sistema de planificación familiar, ni como primera y única alternativa en el sistema sanitario y social, como se realiza en la actualidad", concluye el informe.