El Papa Benedicto XVI hizo un nuevo llamado a la solidaridad de la comunidad internacional con las víctimas del ciclón Nargis que devastó Myanmar, destacó la inmensa labor de la Iglesia Católica con los damnificados y pidió que "Dios abra los corazones de todos para que se faciliten y coordinen los esfuerzos para tratar de aliviar a los que sufren y reconstruir la infraestructura del país".
El Santo Padre recibió este mediodía a los prelados de la Conferencia Episcopal de Myanmar, que acaban de realizar su visita "ad limina".
"La Iglesia en Myanmar es conocida y admirada por su solidaridad con los pobres y necesitados. Esto se ha puesto especialmente de relieve en la preocupación que habéis mostrado ante las consecuencias del ciclón Nargis", indicó el Pontífice.