El Papa Benedicto XVI advirtió que "ninguna técnica mecánica puede sustituir el acto de amor que dos esposos", hombre y mujer, "se intercambian como signo de un misterio que los hace protagonistas y copartícipes de la creación" y que los faculta para dar vida.
Así lo expresó el Pontífice ante los participantes del congreso internacional por los 40 años de la encíclica Humanae Vitae, realizado en la Pontificia Universidad Lateranense. En su discurso pronunciado en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre indicó que "como creyentes no podremos nunca permitir que el dominio de la técnica pueda influenciar la calidad del amor y la sacralidad de la vida".
En la encíclica, prosiguió Benedicto XVI, "el amor conyugal es descrito al interno de un proceso global que no se detiene en la división entre alma y cuerpo y que no se queda en el sentimiento, con frecuencia fugaz e intenso, sino que reconoce la unidad de las personas y el compartir de los esposos que al acogerse recíprocamente se ofrecen a sí mismos en una promesa de amor fiel y exclusivo que surge de una genuina opción de libertad".