El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, señaló que "la misión es Cristo en acción. Es Cristo que quiere servirse de nosotros para actuar en las almas, para llegar a tanta gente que lo espera; consolar, iluminar y convertir porque hay una profunda sed de Dios".
Ayer por la noche, al iniciar la Gran Misión de Lima con una Misa a la que asistieron miles de fieles, el Purpurado recordó que "la meta de nuestra actividad misionera es ayudar a todas las personas a establecer y alimentar una relación vital con Jesucristo", por eso se debe cuidar la formación del corazón para no dejar que caiga en "el pesimismo; o, a veces, el sentimentalismo que nos desanima y nos cansa. Aprendamos a amar. ¡Qué bonito es vivir, cuando se ama!".
Tras agradecer a todos los feligreses por "el esfuerzo que han realizado para estar aquí presentes y poner en funcionamiento esta acción grandiosa del Espíritu Santo", el Cardenal Cipriani aseguró que la Gran Misión tiene una función esperanzadora, pues "viene a afirmar con esperanza, con alegría que Cristo está con nosotros, que nos quiere realmente en esa coherencia entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que actuamos".