El Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, señaló que el ministerio sacerdotal y episcopal de su predecesor, Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, encarnó el misterio del Señor de ser el Buen Pastor "con todas sus consecuencias: Conocer, alimentar, buscar, curar, cargar y sobre todo dar la vida por las ovejas".
Tras expresar su profundo dolor por el tránsito a la Casa del Padre del Cardenal Corripio, el Arzobispo de México indicó que la imagen del Buen Pastor que la Iglesia celebra el domingo IV de Pascua es "una bella imagen que se aplicaba a Dios en el Antiguo Testamento, que Jesús se aplica a sí mismo" que "la tradición apostólica ha dado a los obispos" y que se puede aplicar al fallecido Cardenal.
Asimismo, afirmó que el salmo 23 compuesto por el Rey David, "el Señor es mi Pastor, nada me falta", es un cántico de "serenidad, de confianza y de esperanza, que sin duda inspiró a Don Ernesto" y que debe "inspirar, a todos nosotros ya que con frecuencia nos sentimos desorientados y débiles", rodeados "de desconfianza y desesperanza", pues "muchas cosas nos confunden hasta el punto de no saber, o de no querer saber, lo que es bueno y lo que es malo".