El Arzobispo mencionó en su carta, en primer lugar, al terrorismo y advierte que "el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos ha originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad", una situación que "sigue siendo de dramática vigencia entre quienes practican el terrorismo, o lo legitiman, o vienen a situar a los terroristas como representantes válidos de la sociedad", subraya el purpurado.
El terrorismo "sólo puede ser vencido desde la razón y la supremacía de la ley", afirma el cardenal, que advierte que "considerar a los terroristas como interlocutores representativos de la sociedad, es un grave error que ofende a la cultura de los derechos humanos". Por ello, "propuestas de este tipo jamás merecen ser escuchadas. Nunca son oportunidades para la paz. Siempre prolongan el desprecio a la dignidad humana".
El Cardenal García-Gasco también consideró que la dignidad humana es atacada cuando la vida humana no se protege desde la concepción hasta la muerte natural; "no se valora la vida de las personas con discapacidad o enfermedad terminal, cuando no se garantiza el derecho de los padres a la educación de sus hijos, especialmente a la educación de la sexualidad humana; cuando no se promueve el protagonismo de las familias en las políticas familiares y en la creación y desarrollo de los centros educativos; cuando las políticas económicas no reconocen adecuadamente la aportación de las familias al bienestar general; cuando no se ayudan a las familias inmigrantes en su reunificación y en su incorporación a la convivencia civil responsable; cuando no se ataja de raíz la violencia machista".