Una fortuna que la valenciana Natalia Mendiola, fallecida en 1951, había dejado para la creación de una fundación a favor de enfermos terminales que fuese presidida por el Arzobispo local, fue descubierta después de más de medio siglo.
Según el diario electrónico Las Provincias, no se sabe a ciencia cierta por qué los albaceas no informaron al Arzobispado de Valencia sobre la fortuna que la viuda destinó para la atención de enfermos terminales sin recursos económicos.
Sin embargo, fuentes eclesiales indicaron que tras tomar conocimiento de los hechos, se ha constituido la fundación para hacer realidad los últimos deseos de Mendiola.