Vavara Artamkin y su esposo Dimitri nunca pensaron que ocuparían las primeras planas de los principales medios del mundo. Esta humilde pareja de maestros rusos cruzó medio continente para salvar a sus cinco hijas de un aborto inminente. Hoy todos sonríen en un hospital inglés.
Vavara se sometió a un tratamiento de fertilidad y resultó embarazada de quintillizas. Los médicos que la trataron en Rusia pretendieron obligarla a abortar al menos a dos de las niñas para recibir a cambio el debido cuidado en su embarazo.
Los médicos le dijeron que "los abortos selectivos" eran esenciales para dar a los demás bebés la posibilidad de sobrevivir.