“Millones de seres humanos están en situaciones de increíble humillación y sufrimiento”, alertó el Arzobispo Silvano Tomasi, Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en una declaración en la que pidió hacer de los desplazados y refugiados una prioridad.
El Prelado hizo un llamado para proteger a las personas desplazadas de sus hogares a causa de la violencia, la miseria extrema, la degradación ambiental, la persecución religiosa y otras injusticias. En todo el mundo se calcula que hay unos diez millones de refugiados en sus propios países y alrededor de 24 millones los que han debido salir de su país de origen.
Mons. Tomasi exhortó a no estar indiferente ante estas cifras: “La opinión pública tiende a aceptar casi como normal el hecho que millones de hermanos humanos están desenraizados y relegados a condiciones miserables y dolorosas. Aceptar refugiados y atenderlos con hospitalidad es, para cualquiera, un gesto de verdadera solidaridad humana para ayudarlos a sentirse menos aislados por la intolerancia y el desinterés”.