Se dirigió entonces a Shishu Bhavan, un hogar para niños abandonados fundado por la Madre Teresa. El sacerdote pidió entonces la intercesión de la Beata para una operación exitosa y una rápida recuperación. Luego escribiría: “todo esto lo deseaba muy fuertemente dados mis estrechos vínculos con la Madre Teresa entre 1979 y 1997”. Tras celebrar la Misa, el sacerdote volvió al hospital. Se sentía bien y pudo dormir tranquilamente.
En la tarde del 6 de septiembre, una placa de rayos X mostraba que no habían cálculos. La placa fue tomada nuevamente y volvió a salir negativo. Un posterior ultrasonido, realizado por quienes hicieron las pruebas del 4 de septiembre, también dio resultado negativo.
De acuerdo a las notas del P. Thomas, los cirujanos del hospital concluyeron que “la desaparición de los cálculos estaba más allá de cualquier explicación médica”. Uno de ellos confirmaría luego que “los cálculos no estaban más en la uretra y además no había pasado a la orina, entonces la operación se canceló”. En su resumen del caso, el cirujano diría después de que “en verdad parecía un milagro que una piedra, que no podía haberse disuelto con medicina, simplemente se esfumara en ese día en particular”.