Austin Ruse, presidente del Instituto Católico para los Derechos Humanos (C-Fam por sus siglas en inglés), declaró al semanario Alba que el lobby “radical” ha tomado las agencias y organismos de las Naciones Unidas para imponer una agenda social anti-vida para la que en su fundación no tenía competencias.
Ruse explicó que el objetivo de C-Fam “es conseguir que la ONU sea irrelevante en cuestiones sociales” a través de la defensa de la vida, la familia y el matrimonio en las Naciones Unidas, hoy convertida en lugar privilegiado de la agenda abortista, feminista y homosexual.
El experto recuerda que la carta fundacional de la ONU no tenía competencias para tratar asuntos sociales. “La ONU se creó por razones de seguridad y defensa, no para marcarla agenda social”, indicó.