El Papa Benedicto XVI expresó su admiración y gratitud y elevó sus oraciones por el Cardenal Adam Kozlowiecki, misionero jesuita de origen polaco, que partió a la Casa del Padre hoy en Lusaka, Zambia, a la edad de 96 años.
En un telegrama dirigido al actual Arzobispo de Lusaka, Telesphore George Mpundu, el Santo Padre recuerda “con gratitud los años de altruista y ferviente servicio misionero y episcopal del primer arzobispo de Lusaka” y su “firme empeño por la difusión del Evangelio y el servicio a la Iglesia universal”.
Arrestado por la Gestapo al inicio de la Segunda Guerra Mundial II en el Colegio de los Padres Jesuitas de Cracovia, junto a 24 compañeros, fue prisionero en los campos en los campos de concentración de Auschwitz y Dachau, un largo y doloroso período de prueba y particular experiencia espiritual que comparte en su libro “Opresión y aflicción. Diario de un prisionero”.