Con motivo del final del Ramadán, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso hizo un llamado al mundo islámico para apostar con decisión por la libertad religiosa, que no puede reducirse a la simple libertad de culto, a rechazar la violencia que pretende legitimarse en la religión y emprender el diálogo cultural y religioso como camino seguro para la paz.
Así lo señalan el Cardenal Jean-Louis Tauran y el Arzobispo Pier Luigi Celata, Presidente y el Secretario de dicho dicasterio respectivamente, en el Mensaje anual dado a conocer hoy y que este año tiene por tema “Cristianos y musulmanes: llamados a promover una cultura de la paz”.
"En el difícil momento histórico que atravesamos –dice el texto– los miembros de las diversas religiones tienen sobre todo el deber de actuar, como servidores del Todopoderoso, en favor de la paz, que se alcanza mediante el respeto a las propias convicciones personales y comunitarias, así como también con la libertad de la práctica religiosa”.