La Iglesia en Corea presentó una "Declaración por la Defensa de la vida" durante una reciente marcha en protesta por la postura del Gobierno en contra de la dignidad de la vida humana.
En la manifestación realizada en Seúl participaron más de cuatro mil personas entre católicos y no católicos, y concluyó con una Eucaristía presidida por el Arzobispo de esta ciudad, Cardenal Nicholas Cheong Jin-Suk.
En la Declaración se pide al Gobierno coreano "no autorizar el uso de la vida humana para usos industriales", "abolir la ley sobre la salud de la madre y el niño que promueve el aborto", "prohibir la investigación con embriones humanos y la práctica de la clonación", "abolir la pena de muerte" y "promover políticas que alienten a las parejas a tener hijos y que promuevan el parto natural".