El diario Avvenire criticó que "no se haya incluido ninguna de las obras de arte del cristianismo" entre los candidatos a las Siete Maravillas del Mundo y cuestionó si la iniciativa "está condicionada por la política o por la influencia de los medios de comunicación".
"¿Es posible que en sus dos mil años la grandiosa civilización cristiana no esté en el nivel para producir al menos una ‘maravilla’?", pregunta el diario y señala que es "merecida" la nominación del Cristo Corcovado de Río de Janeiro (Brasil). Éste "parece que ha entrado en la final más por las presiones del Presidente Lula que por su mérito artístico o significado religioso".
"Siete maravillas del mundo: para los cristianos no hay sitio" se titula la nota que sostiene que "parece que los organizadores del concurso planetario se han empeñado en evitar cualquier objeto que haga un reclamo católico" y afirma que "no se entiende como entre los veintiún candidatos que llegaron a la última parte, figuran obras de muchas religiones: desde el Islam de la española Alhambra de Granada, a la hindú del Taj Majal y el sintoísmo del templo japonés de Kyomizu y no se haya encontrado un lugar para el cristianismo".