En un mensaje enviado al presidente de la República de Ruanda, Paul Kagame, con motivo de la jornada anual de luto nacional en recuerdo del genocidio de 1994, el Papa Benedicto XVI convocó a los cristianos del país a convertir su fe en la base de una auténtica y duradera reconciliación.
En abril de 1994 se inició en Ruanda uno de los genocidios más trágicos de África, cuando la confrontación entre dos grupos étnicos rivales, hutus y tutsis, desencadenó una ola de matanzas y represalias que dejó más de un millón de muertos.
La Corte Internacional de La Haya aún sigue juzgando a algunos de los principales responsables de la masacre, que dejó un trágico saldo de pérdidas humanas y materiales que Ruanda aún padece.