En su discurso dirigido a los cardenales que compartieron con él el almuerzo de cumpleaños ayer por la tarde en la Sala Ducal del Palacio Apostólico en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI destacó que el “verdadero don para mí es su oración que me da la certeza de ser ayudado en el interior, sobre todo, ayudado y sostenido en mi ministerio petrino”.
Tras agradecer a los purpurados presentes por su presencia y por su ayuda, y luego de subrayar que el almuerzo compartido también es signo de la comunión de quienes conforman el Colegio Cardenalicio, el Pontífice señaló que su labor como sucesor de Pedro no “no puedo desempeñar solo, sino con la comunión con todos los que me ayudan, también rezando, para que el Señor esté con todos nosotros y conmigo”.
“Hoy, en el Oficio de Lectura hemos recitado las palabras de un salmo que tiene un sabor particular de verdad y que es para mí muy hermoso: ‘In manibus tuis rotes meae’ (Sal 31/30, 16)” que en español significa “en tus manos están mis días”.