Explotación de la mujer se impide reconociendo su plena dignidad, dice representante del Vaticano

Al hacer uso de la palabra el viernes 2 de marzo durante la sesión sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer niña, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Celestino Migliore, señaló que la violencia contra la mujer sólo puede prevenirse si se reconoce su plena dignidad como persona y advirtió que el aborto se ha convertido en una herramienta que muchas veces “usan las mujeres contra las mujeres”.

“Parece incongruente que, en tiempos en que la sensibilidad sobre el tema de la mujer parece más fuerte que nunca, el mundo se ve forzado a confrontar nuevas formas de violencia y esclavitud contra las mujeres”, dijo el Prelado en su discurso.

Mons. Migliore advirtió que “las mujeres llevan la parte más pesada de la prostitución infantil mundial, la explotación sexual, el abuso, la violencia doméstica, el trabajo infantil y el tráfico humano”.

El Prelado denunció luego que el tráfico internacional de sexo se ha convertido en una importante industria “que se deja pasar frecuentemente en silencio porque es considerada como parte de las libertades supuestamente democráticas y está demasiada enraizada en algunos lugares o es demasiado lucrativa para enfrentarse”.

Luego de señalar que “el maltrato de la mujer es una realidad que lleva mucho tiempo en muchos lugares”, Mons. Migliore señaló que es urgente “defender la dignidad y el valor inherentes de todo ser humano, con especial atención a los más vulnerables de la sociedad, nuestros niños y las niñas entre ellos”.

Mons. Migliore advirtió que el desprecio a la mujer se manifiesta de manera especial en algunas sociedades ven a la mujer “como una carga financiera que debe ser eliminada incluso antes de nacer”.

“De esta manera, el aborto, frecuentemente considerado como una herramienta de liberación, es irónicamente empleado por mujeres contra mujeres”, agregó.

El Nuncio Apostólico señaló que “con el fin de acabar con la violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas traficadas, no basta con sensacionalizar su trágico llanto; más bien es necesario rastrear el asunto de vuelta al mercado que existe debido a la demanda que hace tal tráfico posible y rentable”.

“La promoción de la mujer se logrará no solo mediante el legítimo reclamo del derecho de las mujeres. Con ello también debe establecerse un renovado aprecio por los valores auténticamente femeninos en el corazón de nuestras sociedades”, concluyó Mons. Migliore.