Un subsidio de por lo menos 500 euros para las madres embarazadas es la propuesta del movimiento Não Obrigada, uno de los grupos pro-vida más importantes de Portugal, que apoyó la campaña en el país contra el aborto que el gobierno pretendía legalizar a través del referéndum del 11 de febrero.
Uno de los líderes de Não Obrigada, João Paulo Malta, explicó que el asunto del aborto "no puede considerarse finalmente zanjado ya que éste divide a la sociedad dado que la mayoría de portugueses (56 por ciento) decidieron no votar” y subrayó los esfuerzos informativos hechos en todo el país, “que probaron la existencia a escala nacional de un movimiento contrario al aborto”.
La cantidad exigida para apoyar a las madres embarazadas es igual a la cantidad de dinero que se pagaría por un aborto en una hospital público, que de acuerdo a los datos del Ministerio de Salud estaría entre 500 y 750 euros.
