Durante el encuentro con el Presidente de la República de Corea, Roh Moo-hyun, el Papa Benedicto XVI auguró la pronta unificación de las familias coreanas, divididas tras la partición de la península.
En la reunión, donde se conversó sobre la situación del sudeste asiático, el papel creciente de la Iglesia Católica en Corea del Sur y la dramática división de la península, el Santo Padre entregó a Roh Moo-hyun una carta donde afirma que esta visita sirve “para reforzar las buenas relaciones” entre Corea (del Sur) y la Santa Sede y es una "clara señal" de la estima del Presidente por la Iglesia Católica.
“Le pido –escribe el – que transmita mis saludos al pueblo de Corea y les asegure que rezo por la paz y la estabilidad en la península coreana y en toda la región".